Ana María Shua nació en Buenos Aires en 1951.
Se recibió de profesora en Letras por la UNBA y trabajó como publicitaria, periodista y guionista de cine. Desde sus primeros poemas, reunidos en El sol y yo, ha publicado más de cuarenta libros. En 1980 ganó con su novela Soy Paciente el premio de la editorial Losada. Sus otras novelas son Los amores de Laurita, (llevada al cine), El libro de los recuerdos (Beca Guggenheim) y La muerte como efecto secundario (Premio Club de los XIII y Premio Municipal en novela). Cuatro de sus libros abordan el microrrelato, un género en el que ha obtenido el máximo reconocimiento en el ámbito iberoamericano: La sueñera, Casa de Geishas, Botánica del caos y Temporada de fantasmas.
También ha escrito libros de cuentos: Los días de pesca, Viajando se conoce gente y Como una buena madre. Con Miedo en el sur obtuvo el Premio Municipal en el género cuento. Su última novela es El peso de la tentación (2007). En el año 2009 ha publicado en Madrid Cazadores de Letras, que reúne sus cuatro libros de mini ficción, y en Buenos Aires, Que tengas una vida interesante, sus cuentos completos.
Botánica del caos, es una muestra de la habilidad de Shua, para crear un mundo en poquísimos renglones. Estos microrrelatos que van desde los cuatro a los veintidós renglones, fluctúan entre el absurdo y el humor, entre nuestra dimensión y la “ficticia”, lo digo encomillado porque ¿Quién sabe de las múltiples y diversas dimensiones que se crean en cada relato?; otros recortan anécdotas de la niñez, transfiguradas por la percepción y el tiempo.
Cada microrrelato alcanza para trazar un argumento complejo, profundo y escalofriante, bajo una superficie a veces irónica, otras inocente, y hasta absurda. Botánica, porque nos muestra una selva, un espacio que resignifica lo bucólico, lleno de monstruos pequeños, grandes, inofensivos, peligrosos, donde lo agreste posibilita que lo absurdo, lo romántico se levante como manifestación de esas dimensiones que nos circundan.
El caos que recrea Shua enmascara un orden vívido, denso y que inventa sus propias reglas.
Este supuesto caos, ordenado en doce partes, transmuta experiencia y lecturas, lo cotidiano con lo imprevisible, las eternas peleas entre dioses y demonios, lo real y lo mágico. En estas partes encontramos referencias a la literatura: alusiones a Las Mil y una noches con “noches árabes” y un mundo que se erige como más allá de lo exótico y a la vez próximo, a Boccaccio, Borges, y Kant presentado como una versión un tanto risueña del flautista de Hamelin, donde el tiempo lo sigue, como un siervo fiel, manejando los minutos de una ciudad.
Hay reflexiones metatextuales, donde el narrador habla directamente con el lector, al modo de Walt Whitman; donde distintos personajes están hechos unos para el otro, formarían la pareja ideal sino fuera porque nunca se conocerán, porque son hombre y mujer de distintos libros.
Recrea mitologías de diversas culturas, la flor azteca, una mujercita, una flor con forma humana con sus manías y, a la vez, vulnerable.
Los dioses, los demonios aparecen conjugados como vencidos por el descredito del mundo moderno; un Dios omnipotente se adivina en la figura de un loco borracho que repite sin cesar los días de la creación, Azazel aparece como la sombra –si se quiere del Gran Demonio-, muerta de hambre, la indiferencia del hombre lo ha convertido en un vagabundo.
El mundo de los monstruos infantiles y de los adultos es reelaborado a partir de creencias populares, los monstruos son parientes exóticos, son herejes de su mundo, son fantasmas en busca -quizás- de una finitud que no llega.
Resumiendo, leer Botánica del caos es entrar en un escenario donde todos los mundos se nos presentan, donde la literatura se hace magia, donde Shua nos susurra el infinito, nos guía en el caos, explorando cada una de sus posibilidades.
Es asistir al placer de lo desconocido, de la risa absurda, del momento que pudo ser. Es la posibilidad de ver, leer, con otros ojos y con otro mundo.
VIRGI, POR LO QUE LEÍ, DEBE SER MUY INTERESANTE!!
ResponderEliminarME ENCANTA COMO ESCRIBIS, SE VE QUE ESTAS ESTUDIANDO LITERATURA Y TE ENCANTA!!!!
BESITOS BRU!!!!
gracias!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarBravo!!!! Me gusta mucho Ana María Shua, hace poquito leí "La muerte como efecto secundario". Me parece muy buena la manera en que describís el universo de esta autora, y además, te confieso que me transmitís muchas ganas de leer el libro... Un beso y un aplauso!!!
ResponderEliminarVirginia!
ResponderEliminarGracias por esta entrada. La disfruté mucho.
Sos licenciada en letras y además estudiante de profesorados. Profesorado de lengua?
Gracias por tu reseña, besitos, muy buen finde largo,
María Elena.-